miércoles, 31 de julio de 2019

Agradecida.

Un poema de Fran Campos.
Fran Campos es actor, director y escritor. Puedes seguir su trabajo en Facebook, twitter e instagram.



Érase una vez, una bella joven de cabellos negros y tez dorada,
que vivía en un soleado y luminoso reino.
De alma pura y cándida, todos se giraban al verla en su ciudad;
Agradecida de ser tan bella decían.

La joven venía de una familia humilde. A penas tenían para vivir, y no tenían lujos.
Pero sus padres siempre le decían; “Siempre has de estar agradecida”.

Vivían en una pequeña casa, compartiendo habitación con 3 hermanos, y lo justo para sobrevivir, pero su madre le decía; “Debes estar agradecida de que tienes un techo bajo el que dormir”.

Cuando la joven iba a la escuela, los niños se metían con ella, ya que apenas tenía
para sus lápices, y vestía un uniforme viejo y desgarrado.
Cuando ella lloraba, su madre le decía;
“Debes estar agradecida, pues muchos ni siquiera tienen escuela para ser educados”.

La joven creció, su belleza llamaba la atención de hombres mayores y poderosos
que la acicalaban y le ofrecían presentes,
pero la joven se incomodaba, y la gente decía;
“Debería estar agradecida de ser agasajada”

Un día un grupo de hombres acorraló a la chica, ella sentía como manos, voces y
alientos recorrían su cuerpo, su voz se apagó, su mente se nubló, viajando a otro
lugar.
Cuando la chica apareció con ropas rasgadas y pelo revuelto, la gente del reino decía:
“Debe estar agradecida de no haber muerto”

Pasaron los días y la chica apagada no salía, hasta que una soleada mañana decidió
levantarse temprano.
La chica caminó hacia la muralla del reino hasta llegar a la parte alta
donde vislumbraba toda la ciudad, sus plazas, y el mar que la rodeaba,
la chica al ver esto solo pensaba:
“Debo estar agradecida de este sol”
“Debo estar agradecida de este mar”
“Debo de estar agradecida… de que pronto todo acabará”
Y sin más, la chica saltó.

Al encontrar su cuerpo sin vida, la gente sorprendida pensó:
“Debería estar agradecida de que al manos rápido pasó”.
“Debería estar agradecida de irse sin dolor”.
Y la gente del reino poco a poco se olvidó, ya que tenían mar y sol,
que mitigaban su razón.
¿Acaso se me olvidó de al nombre del reino hacer mención?
El reino sol es ESPAÑA,
y por desgracia, esto no es solo ficción.