Eolo
Un relato breve de J.RaqMa.
Esa noche, Eolo liberó a su iracunda jauría, con el único propósito de quebrantar la paz de mi habitación.
Al llegar a mi morada, los endiablados canes, enfervorecidos por cumplir las órdenes de su oscuro amo y contentar a éste; dejaron sentir, incesantemente, sus dentelladas en el nacarado PVC de mis ventanas. Eran tales sus ansias por satisfacer a su neurótico señor, que sus hálitos, vaporosos y nauseabundos, llegaron a atravesar la parte inferior de la persiana, que ejercía como escudo para velar por la tranquilidad de mi entorno hogareño.
Al cabo de un buen rato de vertiginosa lucha y constante asedio, los pestilentes y leales lacayos de dicho dios, cejaron en el intento de allanar mi espacio sagrado, atmósfera de letras que navegan a ras de techo, listas para ser ensambladas y, en conjunción, formar parte de cada frase, que rellena el folio en blanco; adorno del tablero barnizado de mi viejo bureau.