No había internet. No había ordenadores. Casi no había ni máquinas de escribir. Pero sí había FANZINES. Lo único que hacía falta era un grupo de personas con ganas de hacer cosas. No se pensaba mucho. Mandaba más el corazón. Como debe de ser en estos casos. Un par de recortes pegados en un papel, y un montón de hojas llenas de historias. De pensamientos. Nadie se preguntaba si lo que estaba escribiendo le gustaría a los demás. Ni en el qué iban a opinar. Simplemente se tenía una idea y se plasmaba en forma de FANZINE. Luego, se llevaba a la papelería del barrio y se hacían un montón de fotocopias, y a repartirlos por el mundo.
La pluma sin tinta es un sueño añejo. Un pensamiento recurrente en mi cabeza, que después de varios intentos al fin ha visto la luz. Gracias a "Los Paquitos" y a Sergio Sánchez por su colaboración, y a Juanfra por la distribución física.
Sin más os dejo con el nº1 de La pluma sin tinta. Un FANZINE casposo y a la antigua. ¡Disfrutadlo! Y recordad, absteneos modernitos y applemaníacos 😈😈😈
José Ruiz.
2017
No hay comentarios:
Publicar un comentario