LA PLUMA SIN TINTA

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25 de julio de 2025

HEREJE (Relato, Belén Conde Durán)


Galileo en el tribunal (Joseph-Nicolas Robert-Fleury)

HEREJE
Un microrrelato de Belén Conde Durán

12 de abril de 1633

Me dicen que me siente, y que me calle. Que silencie una verdad que me quema en los labios, y que amenaza con desbordarse en mi pecho. No soporto la injusticia, ni tampoco la soberbia humana. Podrán arrojarme a las llamas como hicieron con Giordano, pero la verdad se abrirá camino, igual que lo hace un río cargado de agua.

El cardenal Belarmino me acusa de hereje. Según él, en nombre del antiguo Papa. Con Urbano VIII esto no habría ocurrido. Se niegan a aceptar la realidad; ¿de qué tienen miedo? ¿Acaso creen que Dios perderá magnificencia si admiten la certeza, o quizás los que queden malheridos sean sus egos?

Aunque les pese, lo que dijo Kepler es cierto, palabra por palabra: las mismas leyes rigen en todo el Universo. Lo que dijo Copérnico también, aunque inexacto. Piden pruebas, y yo se las ofrecí. Se negaron a leer mis Diálogos, y los jesuitas rechazaron utilizar mi anteojo de nueve aumentos, aunque les mostrase las lunas de Júpiter y las fases de Venus. Ya se sabe que no hay peor ciego que el que no quiere ver.

22 de junio de 1633

Me dicen que no sea necio. Que salve la vida, para seguir demostrando que están equivocados. Quizás ahora no lo aprecien, pero llegarán otros que sí, y es mi deber dejar constancia. Tengo 70 años y voy a ir a la cárcel de todas formas. Me hierve la sangre ante la idea de retractarme de mis palabras. No por orgullo, sino por aquellos que estaban empezando a creer. No somos el centro del Universo, mal que le pese al hombre. Dios no tiene nada que ver con esto. Dios, de hecho, permanece en silencio, permitiendo que sigamos adelante con este sinsentido. Todo son invenciones humanas…

«Yo, Galileo Galilei, acepto no volver a defender ni enseñar de ninguna manera, ni oralmente ni por escrito, lo que pregoné con falsas creencias, las cuales sostenían que el Sol está en el centro del Universo, inamovible, y que la Tierra no está en el centro, y se encuentra en movimiento. Juro que en el futuro ni diré ni afirmaré cosas tales que puedan atraer sobre mí sospechas semejantes, y denunciaré a cualquier hereje o sospechoso de serlo.»

Ya está hecho. Mi cuerpo, salvado. Mi conciencia, desgarrada.

Pero no podrán detener la llegada del amanecer, porque, a pesar de todo, se mueve…


1 comentario:

  1. La célebre frase de Galileo Galilei: "a pesar de todo, se mueve", para mí es un recuerdo muy grato de las clases de la astronomía y física en el colegio (en la antigua la URSS). Escribir el relato en primera persona como el susodicho, y ponerse en su lugar, conservando el estilo de época, ha sido un gran acierto. Es como si la autora estuviera ahí y hablara con el mismísimo Galileo.
    N.B. No conocía este blog. Por lo que veo, es muy interesante. Lo seguiré sin duda alguna. Mis saludos.

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