ALMAS
Un poema de María Merino
Tal fugacidad me abruma
y me pesa,
retumba el silencio
que queda cuando todo se va,
cuando todo se apaga.
Somos almas libres,
pero encerradas en cuerpos efímeros
que deambulan por el mundo
corriendo hacia un falso futuro
que termina siendo un desolador final.
Somos almas ansiosas
por saber,
pero siendo ingenuas e ignorantes
de la verdadera levedad del ser.
Somos almas,
la mayoría a pedazos,
que se pierden en arreglarse
y no ven la belleza real
que nos da la vida.
Somos almas,
que dejan de serlo
o, quizás, se transforman
en felices luciérnagas
que no temen la oscuridad,
porque ellas son la luz de la noche.
Y es que,
entre tanta preocupación
y entre tantos problemas,
somos almas
que se recuerdan
o se olvidan
por culpa del tiempo.
Solo somos almas
o, quizás,
sólo siendo almas,
lo somos todo.
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