Poema por Julia Cobos
pero en tu mirada, el tiempo se detiene.
Compañeros de silla, hoy la rutina
se rompe en la promesa de lo que viene.
Los planes de verano en el aire flotan,
y en cada despedida, un "hasta pronto".
Tus manos, sin querer, las mías rozan,
un roce que mi corazón nota, ¡cuánto!
Vacaciones a la vista, destinos lejanos,
pero el mejor viaje es el que aquí comienza.
Este adiós de oficina, entre mil planos,
es el dulce presagio de nuestra sapiencia.
Nos vemos al regreso, o quizás antes,
cuando el sol invite a no esperar más.
Este amor de oficina, de instantes,
ya no quiere excusas, quiere libertad.
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